17 noviembre 2014

El jardín secreto de Salvador Bachiller

"Encuentro en ti
todo lo que yo creo que no tengo,
la ternura y comprensión
y esos ratos de pasión
donde no existe el silencio"

Los lunes, "Los años que nos quedan por vivir"


¡Hola! ¿Qué tal comienza la semana?

Hoy os quería hablar de un sitio que descubrimos ayer. (O más bien nos descubrió a nosotras) El caso es que, buscando un sitio tranquilo donde tomar algo, una amiga dijo: 

"Anda, pero si aquí trabaja Fulanita. En una tetería de esta calle. ¡Ah si! En Salvador Bachiller" 

"¿Cómo? ¡Pero si Salvador Bachiller es de bolsos y maletas! ¡Anda! ¡Tírale que estás tonta!"

Encima nos acercamos para certificar que estaba equivocada y tener cachondeo para rato. Pero la que nos acabó pegando una patada en el culo fue ella a nosotras.Cuando miramos al escaparate y dice:

"¿Lo ves? ¡Mira! ¡Mira! ¿Veis cómo tenía razón?"

"Joder, pues sí, al final se va a salir con la suya..."

"Ya te digo..."

... Y esto es lo que nos encontramos, escondido en un rincón del escaparate. Por si a alguien le entra la curiosidad, se encuentra en la calle Montera número 37, justo y exactamente, en la mismísima tienda de Salvador Bachiller.




A estas alturas, creo que ya no debería sorprenderme de las maravillas que esconde el Foro. Pero siempre se acaba superando. La ubicación de este Jardín Secreto me devuelve a pensar en eso de que "Lo esencial es invisible a los ojos" (El Principito,1943 - Antoine de Saint-Exupéry)  ¿Quién puede imaginar que la mismísima calle Montera, con toda su fama, puede esconder algo así? Pues, así es... todo tiene su belleza, su lado bonito, su secreto... lo que pasa que vivimos tan a nuestra bola, que somos incapaces de pararnos a mirar. A veces creo que ni siquiera nos miramos nosotros mismos en el espejo, que todo da igual. Pero no es así. Hay que observarse a uno mismo y a su alrededor. Ponerse en la piel de los otros, tratar de escuchar y comprender, de ayudar y de dar siempre lo mejor de nosotros mismos.

En fin, después de subir todas las escaleras mecánicas, nos encontramos con esto:




Un precioso rincón muy parecido a una antigua mansión de ricachones. Con un ambiente tranquilo y relajado donde poder tomarse algo tranquilamente sin necesidad de tener prisas ni agobios... Aunque nos han dicho que normalmente está lleno de gente, que ayer tuvimos suerte de encontrarlo medio vacío porque era domingo. Al parecer, hay hasta lista de espera. 

Una de las cosas que más nos llamó la atención, fue la pared de libros que hay encima de la chimenea del fondo.


 Y ¿Cómo no? La cantidad de sugerencias visuales que ponían al paladar nadando en agua de deseo... 



Elegir lo que queríamos tomar fue una decisión muy complicada. Los nombres seguían haciéndonos de rabiar, aunque temíamos que lo de dentro de los batidos no estuviese tan bueno como decía estar. Al final, ellas se atrevieron a probar un batido de Vainilla y Brownie y yo, me pedí un té de Cereza



Como podéis observar, la presentación estaba muy cuidada, al igual que el resto de la decoración. Claro, si vas a un sitio y te ponen esta clase de cosas así de esta manera, empiezas a salivar y ya da igual si está bueno o malo... (bueno, si está muy malo no lo sé) Pero el orgasmo te lo llevas. En nuestro caso fue sentido por varias partes. Aunque una de mis amigas se llevó una desilusión muy grande al comprobar que, lo que traían no eran frutos secos. ¿Que no? No, no. Os voy a contar.... Eso que había en el centro de la mesa eran terroncitos de azúcar moreno, azúcar con sabor a vainilla, sirope de ágave y Stevia. A mi, que me encanta cuidarme, me ganó. Luego, nos pusieron unos bollitos que tenían apariencia de ser como los donuts. (Yo no los probé, ya he dicho que me gusta cuidarme y, cuando aceptas esto como modo de vida, la verdad que te dejan de llamar la atención esa clase de cosas. Al menos no como antes... si alguna vez te la llamó) La cuenta se dejaba asomar por un "líbro secreto" y en la vela que "nos enseñaba a sonreír mejor" se ofertaba una merienda para dos personas por 16€




Así es cómo me sirvieron el té. En una de esas jarras de moda que pesan un montón pero que quedan bonitas y vienen bien por si tenemos que tirárselas a alguien en la cabeza. También se pueden utilizar como "ketball" y así no ocupar doble espacio en casa.



Y así fue como les sirvieron a ellas su batido. (Me encanta la frase de la pajita de abajo, voy a considerar la oferta de ponerlo en práctica, y vosotros también deberíais.) Al parecer hay diferentes frases y diseños. La verdad es que es divertido.

 Esto estaba en una de las estanterías que adornan el local. 



¡Y ahora es cuando viene lo bueno! Ese punto exacto en el que crees que algo no te puede sorprender más... Pero lo hace. Una de las camareras, la amiga de mis amigas, nos dice que hay arriba una terraza y que, si gustamos, podemos subir a verla. ¿Cómo? ¿Azotea? ¡Si! ¡Si! AZOTEA. A lo mejor, ahora es algo así como un deporte de riesgo... pero no podíamos resistirnos a quedarnos con la duda.

Entre escalera y escalera, para recibirla, nos encontramos con esto. Una vez más, los cuidadosos detalles. Esas cosas que hacen que digas ¡Yo, vuelvo a este sitio!








¡Y este es el interior! Desde la foto no se puede apreciar, pero no es una terraza al aire libre, sino que tiene una mampara de cristal que separa un pequeño balcón del resto de la terraza. Por lo tanto, es un sitio realmente romántico y acogedor donde tomar algo en los días de frío, lluvia o exceso de calor. Un sitio donde ir con los amigos, el ligue, el amante, el compañero de clase, el novio o novia, los padres... en donde caerle bien al jefe (si pagas tú) 






Y este columpio, es uno de los detalles que podemos encontrar en la parte de fuera, donde ya no te puedes resguardar del calor o del frío... pero que mola. Como fuimos de noche, ha quedado un poco oscuro. Supongo que volveremos a ir y haremos fotos de día y con mejor calidad. Estas son de una cámara de fotos y no del móvil como acostumbra a ser. Hay quien dijo una vez: "Empieza con lo que tienes, desde dónde y cómo estés"



Espero que os haya gustado tanto como a nosotras y que os atreváis a visitarlo alguna vez.



"La casa está donde está el corazón"


¡Nos vemos!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tia sigue así. Ya te voy diciendo que me tienes q llevar oyó mija.