perder la motivación.
- y me quedo tan pancha -
Los cuatro flipaos de mierda
que se excitan pensando en un tanga
y no en cómo lo van a arrancar.
Cero motivación
cero recursos.
cero instinto.
cero supervivencia.
No tengo ganas de enseñar.
A veces la vida te da un vuelco
y se pone del revés.
Mierda, seré yo.
¡Que no! ¡Que va!
Pues si se da la vuelta
le haces un sesenta y nueve y punto.
Hay que saber comerse el mundo
de mil maneras.
Y aquí a todos nos falta práctica.
Más quisiera yo ser una experta
en el árte de follar.
Dejar la verborrea
y volver a las andadas.
Describir, por ejemplo
aquel parking sin luz
la calle llena de gente
la fiesta de al lado
la condecoración del hotel
el zeta sin luces
las banderas que miraban
mientras atrancaba con tu polla mi garganta.
La rotonda, el servicio
las seis y media de la mañana
la sirena que sonó en mitad de un orgasmo,
el compañero que fumaba.
Las cuatro uñas arrancándome la piel.
- que más que hombres,
parecía que me había follado
un par de rastrillos-
El ansia con la que esperaba,
depilada, desnuda, encima de la cama.
Para ver en el espejo
como tus huevos chocaban
contra mi culo abierto.
Y si todo esto fueron errores,
prefiero seguir equivocándome.
Y sacarle a cada historia el detalle
que nadie se atreve a decir.
Porque no hay mejor manera
para contarlo
que vivirlo.
Miss Heartless 2200
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