17 marzo 2016

... y que sea lo que dios quiera.

No sé ni como lo haces.
Pero es me has enseñado a derretirme
de una forma diferente.

Es cuando me rozas,
con tu mirada callada,
con tu sonrisa,
con tus ganas.
Y se me eleva el alma.

No hablo de mojar las bragas
Hablo de sentir.
Que contigo
no hay tensión que me retenga.

No hay juegos de evasión
No hay nada que ocultar,
nada que nos detenga.

Y es que tú
me estás enseñando
esa parte de mi
que desconocía.

Eres como un rayo de sol en el invierno
como el buen tiempo en primavera
como un soplo de aire el día más cálido de Julio.

Eres como el calor
aderezado de lujuria
aderezado de perversión
encadenado de cariño.

Haces que tu risa
disipe la bruma del miedo.
Haces que me embobe, que me invierta.
Haces que me divierta, sin dolor.
Olvidando los resquicios
de heridas lejanas.

Haces...
que todo parezca sencillo.
Me traes la calma, la seguridad.
Me traes felicidad en sorbitos pequeños.
Sin dudas, sin mareos.

La única marea aquí
es cuando en tus labios depositas poesía
Poesía son tus labios
poesía, tu sabiduría
tu saber estar.

El ritmo que me marcan tus latidos.

Y es que eres tan bonito...
que mi demonio se incinera
y mi ángel echa a volar.

Yo no sé qué pasará
¿para qué saberlo?
No será el momento, pero
¿y si lo será?
¿A caso vas a cerrar la puerta?
Ni en broma. No. Ni en broma.

Si ahora no puedes bailar, tan sólo
déjate llevar...
Y que sea lo que dios quiera.

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