14 septiembre 2017

¿Sabes?
Me encanta cuando me miras nerviosa
bajo un rubor inconmensurable
y apoyas la yema del dedo gordo
en el centro de tus labios.

Me gusta, hasta cuando aprietas los dientes
para aguantar un comentario que estalla segundos después,
mientras tus puños adormecen mis hombros.

Y cuando estás contenta
y canturreas algo de reggaeton
bailando en el espejo del ascensor.

Mirarte de reojo cuando crees que no te miro
y me estás mirando dulcemente
detrás de tus cristales polarizados.

Esa risa que se te escapa de vez en cuando,
el temblor de tus piernas cuando te beso,
el amor con que tus manos acarician mis mejillas.

O en esta escena:
Yo en una esquina del sofá
y tú tendida y dormida con los pies en mis rodillas.

Pequeña,
Has arrasado con todo,
llenando con tu frescura mi casa,
invadiendo con tu perfume mis sábanas,
mi ropa,
mi vida.

Y es que hasta el silencio me parece bonito.

No sé con qué sueñas.
Pero a veces creo
que luchas hasta cuando estás dormida.

Me has enseñado que la vida
no es pensar en los problemas.
Que es un paso diario,
aunque sea para retroceder,
coger aire y seguir avanzando.

Y que detrás de una meta,
hay treinta más.
Que detrás de un anochecer hay un día nuevo.
Aunque la noche parezca más oscura que de costumbre.

A veces te miro...
Y me sorprende
que me lo das todo sin esperar nada a cambio.

Que tu felicidad se basa en hacerme feliz.
Y que el mundo me parezca más liviano.

Y a veces pienso
¿Qué cojones hacemos aquí tú y yo?

Yo cada día más viejo y más tonto
Tú cada día más lista y traviesa.

Hombre, por derecho
Enajenado, servido,
enclaustrado en el miedo y la desdicha.
Tú, mujer, mi libertad.

Pero aun así,
eres todas y cada una de las razones
que me invitan a seguir vivo.

¡Y tan vivo!

Tu música es mi paz.
Y no sólo hablo de cuando
improvisas canciones de blues en la ducha.

Música es el tintineo de tus llaves en el bolso,
tu risa contagiosa,
el ruido de tus sartenes,
la cafetera y tu café sólo con hielo,
el reloj de pulsera que no deja de vibrar
y no me deja ver tranquilo Juego de Tronos.

Como dijo un maestro aquella vez:
"La música nos recuerda por qué seguimos vivos"
Y cada día eres una nueva canción.


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