31 marzo 2016

Te lo dije

Hay tres palabras que son peor que una sentencia de muerte: "Te lo dije" Sobre todo si salen de la boca de tu mujer. Sientes la voz, proyectarse a cámara lenta contra ti, y entras en un proceso de autocombustión espontánea. Quizá esperas que se pare el mundo para bajarte y no se produzca lo que viene a continuación: El Silencio. Como mucho, una contestación monosilábica. Pero el silencio. Frío. El hozico se le ha puesto rabioso. Esa mujer es puro veneno. Ni te acerques... ni respires. No te estés quieto, pero no te muevas. No hagas ruído. No digas nada, pero di las palabras que tienes que decir para que se le pase el mosqueo que lleva encima. ¿Se le pasará? Bueno, la fecha cada vez se va acercando más a una semana. Después ya sólo te lo irá recordando cada dos por tres de forma más equidistante entre sí. Pero eso ya te queda para los restos... Por los siglos de los siglos. "Te lo dije" Es que no hay peor combinación de palabras que esas tres. No hay peor arma que ser disparadas por una mujer, por tu mujer. Y encima se aderezan con una mirada de odio y decepción. Que lo único que quieres es que se abra el suelo bajo tus pies, porque el infierno a su lado es mucho más light.

Te lo dije...

¿Pero qué es lo que has hecho para conseguir esa membresía? Ahí está la cosa... Cualquier detalle que se te pasara por alto, cualquier tontería, cualquier cosa imperceptible al ojo masculino. Cualquier C A G A D A con letras mayúsculas, rotuladas y en grande. Como, por ejemplo, cuando intentas llevarle la contraria. O más bien, cuando crees que no tiene razón. Ella siempre se las apañará para no tener que dártela. Aunque sea algo totalmente imposible. Pero se las apaña. Ya puede decir que el burro de su vecina era verde. Que lo era. Y si no, lo acaba siendo.- O te acabas autoconvenciendo de ello -

Cuando te advierte de que te vas a manchar la camisa, de que había que arreglarse, de que esa película era un rollo (y aunque no lo sea, lo es) cuando va a llover y andas ya pensando en el verano.

Ella dirá su frase y a ti te encantaría comértela a besos.
Porque no hay mejor salvavidas en el mundo que su boca.
Aunque a veces parezca el fin del mundo...

No hay comentarios: