04 febrero 2025

La inexactitud del tiempo

 Hace un rato me paré a pensar en lo tímido y despacio que pareció concluir el año anterior.

Este nuevo ha entrado derrapando y sin pedir permiso. Aunque le ha patinado un poco la rueda trasera y casi pierde el equilibrio. Pero la puesta en escena, por lo menos, ha sido bastante intensa. 

Luego ya... en producción, se cocerán el resto de acontecimientos. Quizá debería dosificar la información del trailer o, posiblemente, sea el preludio de una grandísima obra maestra. No estaría de mas coger algunos apuntes. 

A veces me gusta pensar que pasamos por la vida como si fuera una película demasiado realista. Es como si nuestro papel consistiera en ser meros espectadores de una realidad que nos atormenta y que, vista desde otros ojos, se pareciera más a un prado verde que a un escenario apocalíptico. Tal vez los técnicos de sonido no hayan coordinado bien la banda sonora y por eso se nos encoja tanto el corazón sin tener que encogerse. 

O que nos gusta eso de tener espasmos irregulares.

No obstante, también me gusta pensar que tenemos preparado algo bonito. Como cuando la protagonista de la novela llega a casa y encuentra una enorme caja adornada con un precioso y perfecto lazo rojo. Y que sea más intenso el momento que el café. 

¡Los momentos intensos!

Esas brisas de algo que nos dejan temblando.

Ese recuerdo al que vuelves por capricho para sentir las cosquillas en el corazón. 

-Y tus labios rodando por mi cue..... ¡No! ¡Eso es otra cosa!-

La vida, tal vez sea eso que nos quede después de atender las responsabilidades del ser adulto. Aunque posiblemente esa sea una parte de la vida que debemos aprender a disfrutar. Hacer el papel tan bien, que coreen nuestro nombre. Y da igual si el público son tu sombra y tu reflejo en el espejo. Sin duda, podrían ser los más exquisitos dictadores, los más grandes tiranos e incluso los sabios más tiernos. 

Habrá moscas, atardeceres, cosas con mucho o poco sentido. Días clave, meses fugaces. Ocres y crudos. Verdes, fantasmas y glorias. Pero, sobre todo, que nunca me faltes tu, ni yo, ni nosotros... y vosotros... en el amarnos y querernos bien. 

Y todo esto ocurre dentro de la inexactitud del tiempo. 

Como una película hiperrealista de ciencia ficción.


09 enero 2025

El perfume rojo

Has pedido, para reyes el perfume aquel del que te hablé.

A ciegas. 

Y ahora no paras de olerte el cuello.

¿Sabes de ese agujero por el que te gustaría mirar de vez en cuando?

Por una razón que aun desconozco desearía que fuese mi nariz.

Sentir el elixir mezclado con el aroma de tu cuerpo y respirarte.

Respirarte mientras en todas y cada una de mis células ocurren infinidad de reacciones químicas.

Algunas señalan el peligro.

Otras el deseo.

Cinco dedos apretando bien mis nalgas, 

Mis piernas enroscadas en tu cintura.

Tus colmillos en el cuello.

Y algo más grueso en profundidad...

Y sé que también sueñas con que tus ojos se encuentren con los míos...

Alguna vez, aquellos ojos me desnudaron como nunca antes lo habían hecho. 

Y esos labios, rozando mi clavícula despertaron escalofríos en agosto. 

Y la conciencia puso un cerrojo a la ilusión. 

Y arrojó hielo al deseo.

O lo dejó pausado por prevención, no sé.

¿Que pasaría si en un tropiezo tonto e imprevisto se encendiera el play?


Alguien sin sentido

 No sé si es que ya me encuentro en esa franja inquebrantable de los 35-44 años, o es que mi batería social tiene una salud cada vez más baja. 

Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, algunas personas me causan una pereza irremediable. Personas que pudieron ser algún día compañeras de miedos, ilusiones e incluso inexperiencia. Y forman parte de tu círculo habitual porque el destino lo ha querido así. Por lo tanto, ocurre un intercambio de números de teléfono personales. Sin embargo, sabes que posiblemente esa persona se encuentre lejos de entrar en esa lista privilegiada de personas a las que puedes llamar amigas. Y no hablo de "amigas para siempre", ni siquiera tiene pinta de llegar a ser una "amiga de paso".

Las "amigas de paso" son esas personas que forman parte de tu vida durante un momento determinado. Luego los caminos se separan de alguna forma y sin ninguna razón, pero no ha habido nada que impida una postal por navidad, un "feliz cumpleaños" o una larga conversación cualquier día random de nuestras vidas. Son esas personas que guardas en un lugar especial, pero tampoco forman parte de tu núcleo más cercano.

Total, que un día te das cuenta de que esa persona con la que has intercambiado el número de teléfono y has compartido un núcleo común durante un tiempo determinado, forma parte de tu día a día. Sin embargo, esa relación se resume en un saludo infantil y melancólico al cual preceden lamentos y argumentos que carecen de validez para la vida adulta. No aparenta tener experiencia previa en madurez y tampoco es capaz de manifestar templanza o control sobre sí misma. Se cree la última gota de agua en el desierto. Aun así ni es, ni deja de ser en absoluto. 

Y todo se transforma en una relación extremadamente tóxica. Es capaz de creer que tienes la máxima obligación de deberle pleitesía absoluta y satisfacer todos y cada uno de sus berrinches de niña insolente.

Parece no tener ningún sentido y, sinceramente, hace tiempo que dejaron de preocuparme las personas así. Es como si el imán se volviera positivo y la distancia irremediable. Poco a poco vas perdiendo el interés y me cuesta entender que no sean capaces de salir de ese círculo vicioso de lamentos en el que se han convertido. En algún tiempo pasado, hubiera movido cielo y tierra e incluso podría haber dejado de dormir para intentar ayudarle. Pero no es mi problema. No es el mío, ni el tuyo ni el de nadie más que el de ella misma. Es así. Porque no hay mayor causa perdida que una misma. Y, cuando entiendes que serás la única persona con la que vas a convivir toda la vida y debes cuidarte, creo que buscas únicamente personas que te hagan sentir con el corazón grande y no con el nudo en la garganta.

Ojalá algún día entienda que todos esos lamentos no son de verdad. 

Ojalá algún día se convierta en una persona adulta con funcionalidad.

Ojalá algún día se de cuenta que vive en la abundancia y con muchísimos privilegios.

Pero, hasta que llegue ese día, yo ya me he marchado.


25 diciembre 2024

El Ring

 ¿Sabes esa sensación de estar como en un ring sin saber que estás en un ring?

O puede que no quieras saber que estás ahí, pero que en realidad sí lo estás, aunque todo parece un escenario completamente diferente. 

Estás en el sitio donde vives, y la habitación donde te encuentras se plantea como un escenario lleno de polvo y obstáculos fuera de lugar. Pero, si te pones a ordenar, te encuentras que hay más cosas por medio de las que aparentaban estar. Aparte de que una voz, desde un lugar cercano, grita que es (cualquier día festivo o de la semana) y que no piensa hacer absolutamente nada. ¿A quién le toca ordenar todo eso? A ti, por supuesto. Y, después de darte una paliza, ocurre que sale de su boca alguna palabra refiriendo que en su casa se está a gusto. 

Y, en este caso ¡Vaya pintas llevas! ¡Se te ve sofocada! 

¡Bum! Otra bofetada. 

Que no tiene por qué ser real.

A la siguiente. Te plantean un examen, un examen donde el temario es absurdo e ininteligible, redactado por personas que se dedican a la docencia en una universidad nacional de educación a distancia. Te buscas la vida. Intentas convencerte de que, con las herramientas que te brindan desconocidas, tienes la certeza de poder aprobar el ejercicio. Pero, tras esperar más de un mes y con el tiempo pegado al culo, un señor te escribe una nota explicando que tu nota ha sido tremendamente humillante porque lo que has hecho es una porquería. Pero esa misma porquería que has hecho son palabras que encontrabas ordenadas de la misma manera en el libro que él mismo ha redactado. 

Llega la frustración, de nuevo.

Otro golpe.

¿Y dónde está tu defensa? No eres más que una masa de huesos y carne que intenta poner en algo un corazón que aparentemente no tiene y cuyos movimientos se han reducido a la inmovilidad.

Te levantas del suelo, tragas saliva, miras entre la oscuridad, encuentras esa figura que se supone que debe acompañarte. Le preguntas:

- ¿Te apetece desayunar unas tostadas?

- ¿Quieres que sea un gordo como tu padre? ¡No voy a comer esa mierda! Lo siento, pero conmigo no, yo no voy a ser un gordo. Si quieres le das la comida a tu padre. 

Otra vez, otro dolor.

Y mejor no digas nada. Esa es la cuestión. En cualquier lugar, con cualquier compañía, mejor estar callada y fingir que no estás ahí. Pero a la vez tienes que ser una mujer divertida, inteligente, trabajadora, estudiante... y mil cosas más que rellenan una lista interminable de cosas. Pero da igual lo que hagas o como lo hagas o a quién sea porque estarás equivocada y eso será motivo de expulsión.

Y, cuando crees que has encontrado la calma, suena el teléfono. Con una precisión de segundos exacta. Justo en el momento más álgido. Ese que crees que es el pico donde ya todo se transformará en calma.

Pero no.

Ahora niégate,

Niégate porque lo que vendrá serán más puñetazos. 

No te arreglas nunca, ponte tacones. No sabes andar con los tacones.

No te maquillas nunca. Maquíllate. No sabes maquillarte.

Tienes la piel demasiado mal, tapa eso. (Mientras ocurre en el momento y el lugar más humillante que pueda haber)

Y alguien que no te conoce de nada te tiene que preguntar qué es lo que te pasa. No cabe la posibilidad de que lo consideres como una falta de educación. Es tu obligación dar explicaciones sobre tu vida que no te apetece dar. Si no, serás una borde y alguien lo hará por ti, salvo que contará la versión en la que lo pasa muy mal porque tu has nacido con algo con lo que nunca quisiste nacer y es visualmente feo. 

Y en eso se resume todo. En un ring con diferentes escenarios, donde todo el rato te equivocas aunque tengas la certeza de que no es así. Y, cuanto más esfuerzo pones y todo sale bien, resulta que era tu obligación hacerlo y podría estar mejor. 

Justo esas palabras salen de la boca de alguien que ni siquiera se ha planteado la opción de intentarlo.

¿Alguien sabe cómo se sale de ahí? ¿Es eso Roma?


17 diciembre 2024

¡Ay, amiga!

Dime una cosa, sinceramente…

Cuando vas al baño y te sientas en el váter a hacer caca.. ¿lloras?

Porque yo me quedo súper a gusto. Es soltar todo eso y sentirme libre…

Entonces… ¿Por qué lloras tú si te has librado de semejante mojón de mierda?